Contábamos ayer que el nuevo Gobierno laborista del Reino Unido, que dirige Keir Starmer, prepara una nueva normativa que entrará en vigor a partir del 31 de octubre por la que dentro de un radio de 150 metros desde un abortorio no se podrá protestar ni rezar silenciosamente.

Esta nueva regulación cambia la orden dada por el anterior Gobierno británico, de corte conservador, a la policía para que se permitiese la oración silenciosa dentro de esas «zonas de acceso seguro» que rodean a los abortorios. El anterior Ejecutivo británico del primer ministro Rishi Sunak tomó esa decisión debido a la polémica generada en el país por haber instaurado los "delitos de pensamiento". 

Así las cosas, Keir Starmer reinstaura en Reino Unido los "delitos de pensamiento" al prohibir rezar en silencio ante los abortorios. Al parecer, el laborista tiene el poder de leer la mente...

A los obispos católicos de Inglaterra y Gales, como es lógico, no les ha hecho ninguna gracia esta nueva norma que prepara el Ejecutivo y han declarado que «dicha legislación sigue siendo profundamente preocupante, ya que representa una amenaza para la libertad de expresión, de pensamiento, de conciencia y de religión para personas de todas las creencias y también para quienes no tienen ninguna».

Además, el obispo auxiliar de Westminster, Mons. John Sherrington, ha señalado: 

«Como la Conferencia Episcopal Católica expresó repetidamente durante la tramitación de la Ley de Orden Público el año pasado, la legislación sobre las ‘zonas de acceso seguro’ es innecesaria y desproporcionada. Condenamos todo acoso e intimidación hacia las mujeres y sostenemos que, como fue aceptado en una revisión del Ministerio del Interior, ya existen leyes y mecanismos que protegen a las mujeres de tales comportamientos.

En la práctica, y a pesar de cualquier otra intención, esta legislación constituye discriminación y afecta de manera desproporcionada a las personas de fe. La libertad religiosa es la libertad fundamental de cualquier sociedad libre y democrática, esencial para el florecimiento y la realización de la dignidad de cada ser humano. La libertad religiosa incluye el derecho a manifestar las creencias privadas en público a través del testimonio, la oración y la acción caritativa, incluso fuera de las instalaciones donde se practican abortos.

Además de ser innecesaria y desproporcionada, tenemos profundas preocupaciones sobre la efectividad práctica de esta legislación, especialmente dada la falta de claridad en relación con la práctica de la oración privada y las ofertas de ayuda dentro de las ‘zonas de acceso seguro’.

Como nos ha recordado el Papa Francisco, ‘un pluralismo sano, uno que respete genuinamente las diferencias y las valore como tales, no implica privatizar las religiones en un intento de reducirlas a la tranquila oscuridad de la conciencia individual o relegarlas a los recintos cerrados de iglesias, sinagogas o mezquitas.

Esto representaría, en efecto, una nueva forma de discriminación y autoritarismo. Al legislar e implementar las llamadas ‘zonas de acceso seguro’, el gobierno del Reino Unido ha dado un paso innecesario y desproporcionado hacia atrás en la protección de las libertades religiosas y cívicas en Inglaterra y Gales».

«También hemos subrayado que (…) plantea serias preguntas sobre los poderes del estado en relación con el individuo en una sociedad libre, tanto para aquellos con fe como para aquellos sin ella».