En España, en abril de este año 2022, fue aprobada por el Congreso de los Diputados, a iniciativa del Gobierno social-comunista, la ley que reforma el Código Penal para castigar hasta con penas de cárcel a quienes acuden a rezar las clínicas abortistas.

En concreto, se establece “pena de prisión de tres meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días” para quien, a juicio del legislador, menoscabe la libertad de las madres que se dirigen a un centro de aborto. El Código Penal se refiere a la persona que “para obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo acosare a una mujer mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos que menoscaben su libertad”.

Es decir, que en España -como en una dictadura comunista al uso- puedes ir a la cárcel o ser sancionado por rezar y por ayudar.

Y parece que en Reino Unido las cosas no van mucho mejor o han copiado el ejemplo español…, pues ha decidido prohibir la actividad provida cerca de las clínicas abortistas bajo pena de prisión de hasta dos años.

La nueva cláusula 11 del proyecto de ley de orden público fue aprobada por 297 votos a favor y 110 en contra. Creará las denominadas «zonas de seguridad» alrededor de los centros de aborto, y hará que sea ilegal interferir «con la decisión de cualquier persona de acceder, proporcionar o facilitar la prestación de servicios de aborto en esa zona de seguridad», un delito castigado con hasta 2 años de prisión, recoge Infocatólica de LifeNews.

Este es un día negro para la democracia y las libertades civiles básicas. Ciudadanos normales y pacíficos se arriesgan ahora a ser encarcelados por el simple hecho de rezar en público y ofrecer ayuda a mujeres necesitadas

Alithea Williams, responsable de políticas públicas del Society for the Protection of Unborn Children (SPUC), dijo: «Este es un día negro para la democracia y las libertades civiles básicas. Ciudadanos normales y pacíficos se arriesgan ahora a ser encarcelados por el simple hecho de rezar en público y ofrecer ayuda a mujeres necesitadas. El Parlamento acaba de criminalizar literalmente la compasión”. “Y esa es la cuestión». «No se trata sólo de un ataque escandaloso a las libertades civiles, sino que elimina un verdadero salvavidas para las mujeres. Muchos niños están vivos hoy porque su madre recibió ayuda y apoyo de una persona compasiva pro-vida fuera de una clínica. Muchas mujeres sienten que tienen que elegir si quieren abortar, y las vigilancias provida les dan opciones. Ahora les han quitado sus opciones».

Los parlamentarios que hablaron en contra de la enmienda relataron las historias de mujeres que habían recibido ayuda de voluntarios fuera de las clínicas de aborto.

Sir Edward Leigh citó a Alina Dulgieriu, que recibió la ayuda que necesitaba para dar a luz a su hija Sara fuera de la clínica abortiva de Ealing. Dijo: «El día que me dirigí a la clínica abortiva es el más oscuro que ha conocido mi corazón. Lo único que necesitaba era ayuda hasta que diera a luz. Una señora y un folleto, eso fue todo lo que necesité. Allí mismo, en la escalinata del centro abortista, de toda esa oscuridad por fin sentí esperanza. Sentí por primera vez que mi hijo era deseado, no sólo por mí, sino también por completos desconocidos. Por primera vez sentí que no caminaba sola el día en que debía acabar con la vida que llevaba dentro, mi hijo. No puedo expresar la alegría y lo plena que me he sentido como mujer, como madre, al tener la oportunidad de tener a mi hijo. Una sociedad justa y solidaria no criminaliza a la gente por ofrecer ayuda a las madres vulnerables», recoge Infocatólica de LifeNews.