Teresa Ribera ha cargado contra el negacionismo del cambio climático y lo ve como un boicot al conocimiento científico. Así lo ha señalado en un evento sobre energías renovables de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS), la rama española de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) de Naciones Unidas.

La vicepresidenta ecológica considera que “es capital que los jóvenes y los centros de conocimiento y de investigación desarrollen espíritu crítico, pero no cuestionen las brujerías o se basen en tonterías”. Es más, señala que “no tenemos tiempo que perder”, pues “tenemos suficiente información como para saber que el CO2 va muy bien para que crezcan las plantas pero que es también un gas de efecto invernadero muy potente que está poniendo en riesgo la supervivencia del planeta tal y como lo conocemos”.

Al mismo tiempo, Ribera, especialmente, su incoherencia, ha quedado retratada, porque ha afirmado que “nuestra energía debe focalizarse en cómo encontramos las mejores soluciones, no en tonterías ni en negar la realidad ni en construir realidades paralelas”. Y lo hace cuando todos saben que precinde de una buena solución: defiende el cierre de las nucleares españolas, un gran error porque no emiten CO2 al generar electricidad (aportan el 20% de la española) y son el mejor complemento a las renovables que tanto le gustan. Además, los reactores ofrecen “estabilidad al sistema y garantía de suministro” y además, “son imprescindibles en la lucha contra el cambio climático”, como recordó Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, recientemente.