Lo decía San Agustín, ese tipo tan inteligente como brillante, en su homenaje a la figura de San José. El de Hipona cita la frase evangélica del "no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer". A continuación, Agustín aclara: "llamarla mujer no era en vano, ni falso, porque esta Virgen era el gozo de su marido de una manera tanto más perfecta y admirable por ser madre sin la participación de él, fecunda sin él, pero fiel con él".

Y concluye: "Por este matrimonio auténtico merecieron ser llamados, uno y otro, padres de Cristo, no tan sólo ella su madre, sino también él su padre, en tanto que esposo de su madre". 

Sirva el introito para dejar claro que, aunque suene extraño a muchos oídos del siglo XXI, la paternidad no tiene su origen en el sexo, sino en el compromiso de donación mutua entre hombre y mujer. Si María era virgen, también era la esposa de José.

El feminismo nos trajo el aborto; la homosexualidad nos trajo la libre elección de sexo". Es tremendo, pero no deja de ser un proceso lógico

Festividad de la Sagrada Familia, como resultan sagradas el resto de familias naturales, las iniciadas por un varón y una mujer, incluso las de no católicos. Supongo que, como ocurre en el bautismo de deseo, existe un matrimonio de deseo, que conforma familias, no consagradas en el sacramento, pero sí formidables.

Pese a la atmósfera dominante, la familia sigue siendo lo más valorado. ¡Ah! y ya hay consenso sobre el mayor problema político de la humanidad: la esterilidad

Vamos con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos. Un personaje que me desespera los lunes, cuando se pierde en sus análisis... con quien me reconcilio los martes cuando aborda sus certeras síntesis. O sea, lo contrario de Biden, que fracasaba en análisis y síntesis o de Kamala Harris, que ni iniciaba el silogismo para no comprometerse.

Pues bien, que ha dicho Donald Trump que sólo existen dos sexos: el masculino y el femenino. Al tiempo, asegura que acabará con la locura Trans en cuanto llegue a la Casa Blanca. A ver si es verdad.

Y a lo de Trump añado: sólo hay dos sexos y sólo hay una familia, la formada por un varón y una mujer y abierta a los hijos. 

El error antropológico de nuestra era: nadie nos ha pedido permiso para nacer

Esa familia es el único espacio donde el hombre puede ser "explorador, poeta y aventurero", que diría Woody Allen. El único espacio en el que se juega su vida, en la aventura de entregarse a una esposa de por vida, a la que darse y de la que recibir, la única aventura romántica propia de un explorador de la antigua jungla. Y, encima, es la familia el único lugar sobre el que el consenso se mantiene en una sociedad hastiada de todo: lo más importante es la familia, dicen los jóvenes en las encuestas.

Y también es la familia el lugar donde afrontar el mayor problema político de la humanidad: la esterilidad de la raza humana en el momento presente. Y la esterilidad es mala por lo que supone y por lo que representa: una humanidad vencida.

En contra: el feminismo nos trajo el aborto; la homosexualidad nos trajo la libre elección de sexo. Sí, es tremendo, pero no deja de ser un proceso lógico.

Y tiene razón cuando habla de 'la locura transgénero'. El error antropológico de nuestra era es este: nadie nos ha pedido permiso para nacer. Ni para nacer varones o mujeres... ni para nada. Lo que nos queda a las criaturas es ser creaturas agradecidas.