Aquí tienen el periódico del voluntariado. Título: "La salud mental, el próximo gran desafío". Lo tomo como ejemplo no sospechoso de fascismo: hablan los voluntarios, gente de bien, progres todos ellos.

La salud mental se ha convertido en el nuevo cambio climático, en el nuevo covid. No es una necedad, es una obviedad. De hecho, se trata de otra solemnización de lo obvio. Y así, por supuesto que existió, y existe, el covid, pero se trata de un covid forzado y exagerado 'ad libitum'. Por supuesto, que existió, y existe, el cambio climático, exagerado y utilizado 'ad nauseam', con la intención liberticida y homicida de siempre y a cargo de los de siempre: el Nuevo Orden Mundial (NOM) que nos manipula y que unido al aturdimiento generalizado de esta sociedad, que entrega su libertad a cambio de una más que quebradiza seguridad, consigue un efecto de verdad indiscutible.

Pues no: la salud mental que nos están vendiendo es una gran obviedad.

En otras palabras, sí, la insania mental es una realidad. El boletín de los voluntarios hace bien en recordar que la realidad -tenebrosa- es que 800.000 personas se quitan la vida cada año. El suicidio se ha convertido en la causa de muerte violenta más habitual en Occidente entre jóvenes de 15-30 años y la depresión, la melancolía, la tristeza paralizante es la enfermedad de nuestra era. Pero lo que hay que saber de una patología es, antes que nada, su origen. Y el origen de que se haya disparado la ansiedad es que hemos abandonado a Dios

El hombre sin Cristo enloquece, porque, sencillamente, le falta una razón para vivir. La solución, pues, no está en los psicólogos, sino en volver a Cristo, a ser posible con urgencia.

Concluyo: la salud mental, tal como nos la están vendiendo, es otra solemnización de lo obvio, otro cambio climático, otra engañifa, alentada hasta por los rapeos de la reina consorte de España, doña Letizia Ortiz, dispuesta a apuntarse a un bombardeo con tal de ser el centro de atención de todo lo que le rodea.

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