Me gusta Santiago, patrón de España, aunque esta tierra de ingratos se haya olvidado de él
Uno de mis pasajes favoritos del evangelio es Lucas 9,54. ya saben, cuando Santiago y Juan, los hijos del trueno, los hermanos Zebedeo, se cabrean ligeramente cuando unos samaritanos se niegan a recibirles porque son judíos y caminan hacia Jerusalén.
-¿Quieres que mandemos que baje fuego del Cielo y aniquile a esos bordes? Nótese que se lo están diciendo al mismo Dios que les ha concedido poderes especiales, aunque no creo que hubiese incluido el de arrojar fuego desde el firmamento.
Prescindiendo del purismo de las traducciones, yo creo que la respuesta del Salvador debió ser algo parecido a esto:
-¡Pero mira que sois brutos!
Y también estoy seguro de que fue el hermano mayor, Santiago, el autor de la sugerencia. Estaba predestinado a evangelizar España.
¿Hay mayor profanación que esta, que Yo entre, día a día, en las bocas impuras, en los vientres putrefactos?
Me gusta Santiago, patrón de España, aunque esta tierra de ingratos se haya olvidado de él. Representa el fiel ejemplo del cuando los buenos se equivocan, un patrón digno de un pueblo capaz de cometer todos los errores y de todos los horrores, y aún así permanecer en la fe.
Como los españoles éramos aún más animales que él, Santiago se desanimó: le costaba romper la costra dura que rodea el alma de los hispanos. En cualquier caso, sembró, tras la visita en carne moral de la Santísima Virgen, a orillas del río Ebro, volvió a Jerusalén y fue martirizado por Herodes Agripa, que no hay Herodes bueno.
España es tierra de profanación pero también es la Tierra de María
Y deberíamos celebrar el Señor Santiago en 2022 por todo lo alto. Porque el tiempo se acaba, España es hoy tierra de profanación pero también es la tierra de María. Acabo de leer esta frase a la madrileña Margarita de Llano: "¿Hay mayor profanación que esta, que Yo entre, día a día, en las bocas impuras, en los vientres putrefactos?". Lo dice el Salvador y no es cosa de risa. La técnica de España es esa: caemos lo más hondo para levantarnos a lo más alto. Por ahora, estamos en lo más hondo.
España está en la encrucijada.