Como decíamos ayer, con la fábula del oso, la mona y el cerdo, mucho me temo que el Papa Francisco no se haya ganado a los progresistas, sobre todo a los que no han dejado de lanzar ditirambos a su persona, que no a sus principios. 

No, no se los ha ganado para la Iglesia, más bien son los progresos quienes tratan de ganarse la figura de Francisco para arrimar el ascua a su sardina. 

De hecho, los progresistas católicos, o ateos, se han pasado 12 años de Papado del argentino Bergoglio con la divisa de la vieja aristocracia alemana: "Rey soberano será si hace nuestra voluntad". 

Ahora bien, lo que yo no me esperaba era la reacción del Rey de España Felipe VI. Discursito regio al canto. El monarca asegura que el Papa fallecido "trasciende el ámbito de la Iglesia católica, para convertirse en un "faro ético" (Minuto 11:00). Luz del mundo en bombilla led. 

 

A ver Majestad, lección de catecismo, el ámbito de la Iglesia es el Cuerpo Místico de Cristo, cabeza de la misma. Así que no creo, y si así fuera sería horrible, que el Papa Francisco haya trascendido, en el sentido de sobrepasado, el Cuerpo Místico, que es mucho más relevante que la tontuna del faro ético. La ética no es más que la hermana pequeña de la moral, hija de la Ley Natural, creada por la cabeza del cuerpo místico, 

Esa tan visión masoncilla de la ética, la fraternidad universal y otros memes son justo lo que no debe ser un pontífice. Un Papa es mucho más: es el vicario de Cristo en la tierra. De Cristo, el creador del universo e inventor de la ley natural, de la moral y de la ética.

Señor, ¿no será usted masoncete?