Esperamos que la guardia suiza vaticana y la policía italiana hagan bien su trabajo durante el funeral por el Papa Francisco, en el Vaticano. Lo digo porque habrá allí 50 jefes de gobierno y una docena de reyes y, en concreto, será un objetivo primero, que en este caso no es ni clérigo ni laico católico. 

Hablo de Donald Trump, el presidente norteamericano que, probablemente sin pretenderlo, se ha convertido en un objetivo a eliminar, también esencialmente, por el Nuevo Orden Mundial (NOM), esa denominación con la que nos referimos a la masonería del siglo XXI, que no es como las del siglo XIX ni las del XX... pero que sigue siendo la misma de siempre. ¿Esta usted diciendo que se está creando el ambiente propicio para que el Nuevo Orden Mundial (NOM) asesine a Donald Trump? Sí, estoy diciendo justamente eso, pero ya lo he dicho antes.

Uno de los aspectos que más sorprende en el Papa Francisco es su cercanía a los distantes, incluidos los cristófobos, y eso es bueno, al tiempo que golpeaba a los católicos... y eso no es tan bueno. 

Sí, Donald Trump es protestante pero parece claro que es el hombre que ha devuelto al catolicismo, como eje central de la cultura cristiana, lo ha devuelto al centro justo del debate político en Occidente, del que había sido expulsado.

Pues bien, Francisco durante 12 años recibió a todo tipo de cristófobos, anticlericales y blasfemos pero con nadie fue más duro que con Trump. Y es cierto que el Hijo del Hombre vino a comer con pecadores y publicanos, pero se percibe una cierta diferencia: Cristo les seguía llamando pecadores y les pedía que se arrepintiesen, no les decía que lo suyo era muy bueno. Y tampoco espantaba a los 'buenos', empezando por un centurión romano.

Pues eso, porque si el NOM consigue eliminar a Donald Trump quien, lo sé, no es un pío católico, la cosa podría ponerse peligrosa. Trump aún no ha consolidado el trumpismo, aunque parece ir por el buen camino.

Y así, contemplamos cómo distintas logias masónicas han iniciado una competición para alabar al Papa fallecido. Todos ellos intentan presentar a Jorge Bergoglio como una especie de masón con sotana, que no con mandil. 

La razón del cristianismo no es la fraternidad universal sino la paternidad individual. Antes que hermanos de los hombres somos hijos de Dios. Además, sólo conozco dos tipos de hombres; los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son. Tengan cuidado con estos últimos

El texto adjunto con un alto cargo del rito escocés en Italia es muy significativo. Con una ristra de curiosos argumentos, intenta demostrar que la masonería e Iglesia no sólo son compatibles sino homologables. Ambas persiguen la fraternidad universal, al tiempo que Francisco, según el del mandil, se convirtió en el acabose del antidogmatismo. Y qué curioso, nadie ha salido en el Vaticano para advertirle que deje de decir chorradas.

PHOTO 2025 04 23 16 24 56

 

Image 16

 

Pues bien, sólo dos ideas, porque la cursilería masónica me agota: la razón del cristianismo no es la fraternidad universal sino la paternidad individual. Antes que hermanos de los hombres somos hijos de Dios. ¿Hermanos de otros los hombres? Sí, por el padre común.

Por otra parte, como aseguraba Chesterton: sólo conozco dos tipos de hombres: los dogmáticos que saben que lo son y los dogmáticos que no saben que lo son. Tengan cuidado con estos últimos.

La masonería, que sigue siendo el peor enemigo del Papado, no pretende destruir a la Iglesia: lo que quiere es conquistarla

Insisto, la masonería, que sigue siendo el peor enemigo del Papado, no pretende destruir a la Iglesia: lo que quiere es conquistarla. Por eso resultan más peligrosos que comunistas, nazis, género o despertar.

Cuidado, Francisco -sí, en presente porque Francisco vive- los masones te alaban. Es el abrazo del oso.