
Entierro de Francisco, que ha sido Papa durante 12 años. Balance: ¿Está más claro hoy que hace 12 años en qué consiste ser católico? ¿El mundo ama más a Cristo hoy que cuando nombraron a Francisco? Si ambas respuestas son negativas, de lo segundo no tiene culpa el Papa argentino, de lo primero sí.
A un Papa no se le pide que sea santo. Al menos, no se le exige tal cosa más que a cualquier bautizado, pues obligación de todos es aquello de "sed perfectos como vuestro padre celestial es perfecto". A un Papa lo que se le pide es que explique, en el nombre de Cristo, de quién es vicario en la tierra, lo que debe hacer para ser santo. Según la evolución de los tiempos pero adecuando a cada tiempo una ley que es eterna.
Esto es, si el Pontífice nos explica lo que está bien y lo que esta mal y por qué, entonces es un buen Papa. Si el Pontífice nos explicaba que es lo que está ocurriendo en la sociedad, a los ojos de Cristo, los únicos ojos que ven la realidad, entonces es un buen Papa. Si no...
¿Está más claro hoy que hace 12 años en qué consiste ser católico? ¿El mundo ama más a Cristo hoy que cuando nombraron a Francisco? Si ambas respuestas son negativas, de lo segundo no tiene culpa el Papa argentino, de lo primero sí
Señores, dejémonos de tanta poesía barata como se está vertiendo en Roma estos días, y a través de los medios informativos acerca del Papa Francisco, acompañados de un escaso respeto a la sacralidad de los lugares más frecuentados estos días. Por ejemplo, las propias basílicas de San Pedro y Santa María la Mayor, donde descansará el pontífice.
Lo cierto es que, si somos sinceros, tendremos que concluir que la Iglesia de 2025 está en la UCI. No digo en paliativos porque la Iglesia no morirá jamás pero sí digo, mejor, repito, que se cumple el temido pasaje evangélico: cuándo vuelva el hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?
Así que siguiendo el terrible dicharacho de castizo de que hay dos tipos de curas -y dos tipos de laicos-, los que creen en Dios y están en el secreto -que siempre resulta una filfa-, espero que el próximo Papa sea de los primeros, de los que desean una iglesia escasamente humana y profusamente divina. Una Iglesia posible, que huya de la sencillez elaborada y del espíritu onegero de ahora mismo, ese espíritu que vive con poco dinero propio pero con mucho dinero ajeno. Una iglesia que pretende rodearse de hermanos sin padre.
Una iglesia, en suma, carcomida por la blasfemia contra el Espíritu, donde lo bueno es lo malo, la verdad es la mentira y la belleza es fea, más fea que el culo de un mono. Una iglesia, en suma, que sí cree en algo: en uno mismo, señor de todas las cosas.
Blasfemia contra el Espíritu que, además de aburrida y desesperante, es suicida, donde el hombre niño busca su salvación en cualquier sitio menos en su Padre Dios. Y claro, no lo encuentra.
La sociedad que ha dejado Francisco todavía podrá alegar ignorancia, la Iglesia que ha dejado a Francisco, no. Ahora, todo está muy claro entre la luz y la oscuridad y cada cual deberá elegir.