Construir puentes y no muros, dijo el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re. Y las cámaras enfocaron en ese momento a Donald Trump. Frase inoportuna, quizás, porque monseñor repetía el reproche que Francisco lanzó a Trump, ya durante su primer mandato: construir muros con los que parar a los inmigrantes. En su funeral puedes alabar al final pero no insultar a los invitados... o no les invites.
Además, la frase suena un poco retórica. En materia de inmigración, ¿en qué consiste construir puentes? ¿En aceptar a todos los inmigrantes sin poner sobre la mesa los medios para integrarles en el país que les acoge y sin imponerles el respeto al país que les acoge?
Pero aún más grave: una iglesia abierta a todos, repetía monseñor Re, insistiendo otra vez en el aspecto más siniestro que percibo en muchos de los actos celebrados con motivo del entierro de Francisco: se habla de la Iglesia de los pobres, de la iglesia abierta a todos, de los vulnerables, pero, miren por dónde, no se habla de la Iglesia de Cristo. En el entierro de Francisco se ha hablado mucho del hombre y muy poco de Dios. Esto me preocupa.
Esta humanización de la Iglesia, que al final termina por confundir a la Iglesia con una ONG, es el fenómeno más grave del tiempo actual ¿Iglesia abierta a todos? Parece que a todos menos a Cristo.
Puedes tener tendencias homosexuales pero sólo puedes tener voluntad transexual. ¿Puede un Papa coquetear con trans? Puede y debe... siempre que antes recuerde y les recuerde que la transexualidad es un pecado
Más. ¿Transexuales en el entierro de un Papa, al parecer invitados por el propio Vaticano? Vamos a ver si nos atenemos a la doctrina católica. Mire usted: uno puede tener tendencias homosexuales pero sólo puede haber voluntad transexual. De este modo, ¿puede un Papa tener reuniones y acoger a transexuales? Sí, y hasta debe... siempre que antes se recuerde, y les recuerden, que la transexualidad es un pecado.
Y lo es. Decía el papa Benedicto XVI:
"Cuando la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano como hombre y mujer, y pide que se respete este orden de la creación, no es una metafísica superada. Aquí, de hecho, se trata de la fe en el Creador y de escuchar el lenguaje de la creación, cuyo desprecio sería una autodestrucción del hombre y, por tanto, una destrucción de la obra misma de Dios ".
Aciprensa trató este asunto con gran claridad, utilizando un documento del arzobispado de Alcalá sobre la transexualidad. No tiene desperdicio... porque la transexualidad es automutilación.
Pero lo más importante: en el entierro de Francisco: se habla mucho de la iglesia de los pobres pero se habla poco de Cristo. Algunos conciben la Iglesia como una ONG y ya se sabe que a las organizaciones no gubernamentales lo único que les sobra es la 'n'.