Los ataques a los cristianos continúan creciendo en todo el mundo, y en parte se debe a dictadores como los que sufren en Nicaragua (Daniel Ortega y su mujer, Rosario Murillo), China (Xi Jinping), India (Narendra Modi), etc., así como por los islamistas en diferentes países de Oriente Medio y África. De hecho, estos últimos han vuelto a poner sus ojos en Siria. Y en el entretanto, en Occidente la persecución también aumenta… y a menudo lo hace con impunidad. No hay que olvidar que en varias ocasiones, el papa Francisco ha hablado de la existencia de dos tipos de persecución a los cristianos. Por un lado, una “explícita”, aludiendo a la más violenta que causa asesinatos, secuestros, etc., y llegando a referir que “vivimos en un tiempo de martirio, aún más que en los primeros siglos”. Por otro, una “educada, disfrazada de cultura, modernidad y progreso” que termina por quitarle al hombre la libertad y el derecho a la objeción de conciencia.

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Volvemos a hablar de Siria, que aún seguía en guerra (empezó el 15 de marzo de 2011), aunque parecía que estaba estancada… algo que cambió el pasado 29 de noviembre. Los islamistas, no los rebeldes sirios, como se dice erróneamente en muchos sitios, hicieron resurgir la violencia y volvieron a atacar la ciudad de Alepo… en teoría con la idea de derrocar al presidente sirio, Bashar Al Asad. Esto último también fue lo que motivó el inicio de la guerra en 2011, años después de que desde la Casa Blanca Barack Obama presumiera de que iba a solucionar el fanatismo musulmán con la Primavera árabe en muchos países de Oriente Medio… pero al final acabó provocando que se creara el grupo terrorista yihadista Estado Islámico, y eso sin que Al Qaeda hubiera desaparecido. Por cierto, Bashar Al Asad siempre ha sido un defensor de la libertad religiosa (un derecho humano que recoge el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos), incluso de los cristianos, pero no así los terroristas yihadistas.

Ahora los ataques de los islamistas -entre ellos, están los de Hayat Tahrir al-Sham (HTS)- no sólo se dan en Alepo, sino también en otras aldeas y ciudades sirias, como Hama,… y supone una nueva amenaza para la población, entre la que hay cristianos. El padre Hugo Alaniz, misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado, ha señalado a Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que, a pesar del miedo de la población a medida que la violencia crece, tienen mucha fe y esperanza: “La gente aquí tiene mucha confianza en la intercesión de Dios y en el poder de la oración. Pedimos oraciones por esta situación. Ojalá pase pronto y no cause más daño”. “La situación es muy tensa. Hay enfrentamientos intensos, muchos muertos y heridos. Los hospitales están saturados y el miedo es generalizado”, ha referido el padre Alaniz. En declaraciones a Fides, este misionero argentino pidió “al Señor de la Paz que nos conceda el don de la paz. Pidamos al Niño Jesús que nos dé la fuerza de permanecer siempre en la esperanza, esa esperanza a la que hemos sido llamados”. También el Papa y Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) han pedido rezar por Siria, ante el resurgimiento de la violencia por parte de los islamistas. “Estoy muy cerca de la Iglesia en Siria, recemos”, ha clamado el Santo Padre.

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Por ahora, los obispos católicos sirios de los ritos latino, maronita, caldeo y melquita han decidido no abandonar Alepo, según la agencia italiana ANSA. Tampoco lo hará el obispo ortodoxo griego, Afram Maalouli, a pesar de que los islamistas le han amenazado con decapitarle. En el entretanto, se vive una calma tensa en esta ciudad siria donde viven unos 25.000 cristianos y que es la segunda más importante del país. Los yihadistas han lanzado mensajes asegurando que no van a hacer daño a nadie ni van a confiscar propiedades. “Nadie preveía que cayera la ciudad, todo se ha desarrollado de un modo insospechado”, ha afirmado el padre Enrique González, sacerdote argentino del Instituto del Verbo Encarnado. “Estamos viviendo una situación de enorme incertidumbre. Por un lado está todo tranquilo, pero a la vez hay mucho miedo porque no sabemos qué va a ocurrir o si de repente va ha haber un bombardeo”, ha añadido. Bahjat Azrie, un miembro laico de los Maristas Azules (organización católica que ofrece ayuda a los más necesitados en el ámbito de la educación, la alimentación y el apoyo social), ha reconocido: “No esperamos ya que nadie venga a salvarnos, solo esperamos en Dios. Vemos que somos como marionetas, en manos de intereses internacionales, así que la oración es nuestra esperanza, para que el Señor mueva el corazón de los dirigentes que pueden poner fin a esta guerra”.

Y para entender mejor lo que pretenden los islamistas en Siria, por las redes sociales circula un vídeo con el testimonio de unos niños asirios cristianos, que sobrevivieron después de que su región fuese tomada por milicias islamistas. Estos niños subrayan que los islamistas son musulmanes y no quieren que vivan cristianos en Irak.

belén en Faraya

Siria no es el único polvorín de la zona en estos momentos, donde aún permanece el último conflicto entre Israel y Hamás en Gaza (el cual comenzó por parte del grupo terrorista el 7 de octubre de 2023), y que ha llevado a que también se den ataques en Líbano, contra los terroristas de Hizbolá. Precisamente, en este último país, en concreto en el pueblo de Faraya, se ha desatado la indignación de los fieles ante un acto vandálico en el Belén: los perpetradores retiraron la estatua del Niño Jesús y dejaron un arma de fuego en su lugar. Como informa Aciprensa, los residentes del pueblo se reunieron en la plaza y se tocaron las campanas de la iglesia como protesta, mientras las fuerzas de seguridad trabajaron para calmar la tensión. Al final, la estatua del Niño Jesús fue hallada entre unos árboles cercanos, fuera del pesebre, y las fuerzas de seguridad confiscaron el arma. El padre Charbel Salameh, párroco local, ha afirmado: “Permaneceremos vigilantes para proteger nuestra aldea. Nos mantenemos firmes en preservar nuestra unidad y armonía, pues el Señor nos reúne. Tal vez esta sea una oportunidad para que todos nos reunamos aquí y oremos frente a este pesebre por aquellos que intentan sembrar discordia”.

De aquí pasamos a Irán en este segundo domingo de Adviento, un día después de que el cardenal electo Dominique Mathieu, Arzobispo de Teherán-Isfahán y la autoridad católica de más alto rango del país, recibiera su birrete rojo en la Basílica de San Pedro, en Roma. En Aciprensa, este cardenal ha hablado de la situación de los cristianos, destacando, entre otros aspectos, que son “levadura de la sociedad”. Hay casi 2.000 católicos de rito latino entre una población de casi 89 millones de personas, donde la gran mayoría son musulmanes chiítas. Estos católicos “pueden reunirse en iglesias que están reconocidas por el Estado. Sólo ellos pueden entrar en estos lugares de culto”, explicó este franciscano y futuro cardenal. “Generalmente, pueden hacerlo durante los servicios o en los horarios que se han anunciado a las autoridades en relación con las propias iglesias”. Asimismo, ha referido que “nosotros, como latinos, también mantenemos las puertas abiertas para nuestros hermanos y hermanas de la Iglesia asiria o armenia: pueden venir, no es un problema, porque no somos una Iglesia étnica”, pero también ha recalcado que “no se puede hacer proselitismo, pero no se nos impide vivir en sociedad y dar testimonio”, y que, a diferencia de Turquía, los cristianos en Irán pueden usar hábitos religiosos y cruces pectorales en público, y que hay apertura hacia el cristianismo de algunos centros de estudios musulmanes, como la Universidad de Qom.

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Y de Oriente Medio a Nicaragua, donde está aumentando fuertemente la persecución a los cristianos en los últimos meses. El Papa Francisco ha escrito una carta a los católicos nicaragüenses. Asimismo, los obispos católicos de Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador y Guatemala invitan a los fieles a participar de una gran jornada de oración por la Iglesia Católica en Nicaragua este domingo 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, a quien los nicaragüenses celebran como la Purísima. “En la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María los católicos nicaragüenses elevan una alabanza de admiración, conocida como ‘la gritería’. Con ella, en Nicaragua y en toda América Central, se expresa la tradicional devoción mariana, tan arraigada en la piedad de nuestros pueblos”, indican los obispos de Centroamérica en un comunicado, del que se ha hecho eco Aciprensa.