Religiosas asesinadas en Sudán del Sur
Comenzamos esta crónica semanal sobre persecución a los cristianos en Sudán de Sur (África), donde dos religiosas de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús fueron asesinadas el pasado lunes 16 de agosto. Sus nombres eran Mary Daniel Abut y Regina Roba y fueron víctimas de una emboscada de hombres armados, recogió Infocatólica.
La hermana Mary ejercía la dirección en la escuela Usra Tuna School de Juba, mientras Regina trabajaba como tutora y administradora en el Catholic Health Training Institute de la diócesis católica de Wau.
El grupo de delincuentes armados ha sido identificado por el gobierno como rebeldes no suscritos a los acuerdos de paz. Atacaron el vehículo en el cual viajaban las hermanas. «Las nueve monjas intentaron escapar, algunas consiguieron esconderse entre los árboles que había en el camino. Los criminales encontraron a las dos hermanas y las asesinaron», comparte Christine John Amaa, hermana de la misma congregación.
El Papa Francisco expresó, mediante un telegrama enviado a la Nunciatura Apostólica en Sudán del Sur, su pena por el lamentable suceso: «profundamente entristecido por el brutal ataque a un grupo de hermanas del Sagrado Corazón de Jesús que causó la muerte de Sor Mary Abud y Sor Regina Roba».
Según la nueva ley, las actividades y enseñanzas religiosas aún requieren el permiso del estado y compartir la fe con otros sigue estando prohibido
Nos vamos ahora a Uzbekistán, cuyo presidente, Shavkat Mirziyayev, firmó una nueva ley que mantiene en vigor varias restricciones a la libertad religiosa. Además, la libertad de expresión en el país también está bajo presión, informa Acontecer Cristiano.
Según la nueva ley, las actividades y enseñanzas religiosas aún requieren el permiso del estado y compartir la fe con otros sigue estando prohibido. Los libros religiosos y otras publicaciones continuarán enviándose al Comité Estatal de Asuntos Religiosos para la “revisión de expertos”, y el proceso de registro de organizaciones religiosas sigue siendo un desafío burocrático, dice la agencia.
Además, dejar el islam para seguir a Cristo puede ser arriesgado en ese país. El riesgo es aún mayor para muchas mujeres a quienes, dadas las expectativas sociales que rodean la sumisión, no se les permite efectivamente elegir su propia religión.
Como las actividades religiosas están controladas por el estado, los cristianos que son miembros de iglesias no registradas son vistos como una amenaza para el gobierno. Los seguidores de Cristo pueden ser sancionados o arrestados por participar en "acciones ilegales". Los pastores son un objetivo especial porque las autoridades quieren causar miedo y ansiedad en las congregaciones.
Nos entristece que los cristianos sean objeto de ataques debido a su fe. ¿Somos ciudadanos de segunda clase?
Y en la India, una multitud atacó a once cristianos en una aldea por negarse a abandonar su fe. Según la reconstrucción de los testigos, el jefe de la aldea había convocado a los cristianos a un determinado lugar donde ya se había reunido la multitud que después los atacaría. A continuación le dio al grupo dos opciones: «dejar a Jesús o dejar el pueblo». Cuando se negaron a abandonar su fe, los cristianos fueron atacados con piedras. A pesar de las denuncias que se hicieron posteriormente, la policía no tomó medidas contra los agresores, informa Asia News.
«El Global Council of Indian Christians condena enérgicamente este ataque anticristiano que tuvo lugar en el 75º Día de la independencia de la India», dijo el presidente del GCIC, Sajan K. George. «Nos entristece que los cristianos sean objeto de ataques debido a su fe. ¿Somos ciudadanos de segunda clase? La Constitución garantiza la libertad religiosa. ¿Cómo puede ser que una minoría del 2,5% sea una amenaza?».
«Somos acosados, intimidados y sometidos a amenazas y violencia. Es una vergüenza, una desgracia y una violación de los derechos humanos de los cristianos», siguió diciendo Sajan K. George. Luego compartió un video donde se puede ver a militantes de extrema derecha que irrumpen en un hogar cristiano durante un encuentro de oración. Los atacantes preguntan a los participantes sus nombres. Como son nombres indios, los nacionalistas hindúes acusan al pastor pentecostal que lo preside de realizar actividades de conversión.
Como siempre, urgen oraciones por los cristianos perseguidos por su fe en Cristo.