Ocurrió el 27 de noviembre, en la Basílica del Valle de los Caídos. Es el momento de la consagración, cuando debería temblar, no ya la humanidad, sino el universo entero. Y creo que así ocurre.

La foto no es ningún milagro pero parece unir la transustanciación que sucede en el altar con las fila luz que exhibe a las imágenes de lo alto. No es un milagro pero sí es un símbolo debido a un buen fotógrafo porque pretendiéndolo, o por mero azar, ha captado el significado de la transustanciación, que une en cada eucaristía el cielo con la tierra.

Pertinente la fotografía, dado que Pedro Sánchez se ha convertido en el gran profanador de Cuelgamuros y ha convertido el Valle de los Caídos en una de las terminales más relevantes del proceso de profanación global que es espiritual y mental. Me explico, la Iglesia, por tanto, el mundo, vive de la Eucaristía -espiritual- pero es que además, la profanación, verdadero fenómeno de nuestro tiempo, afecta también a las ideas, a lo que en Hispanidad hemos llamado pensamiento invertido, muy relacionado con la blasfemia contra el Espíritu Santo, donde lo malo se convierte en bueno y lo bueno se convierte en malo. 

Que no hay peor profanación que la del creyente que comulga en pecado mortal

El Sanchismo ha comenzado profanando cadáveres, de Franco y de otros muchos, que el Valle es un camposanto y ello convierte al actual presidente del Gobierno en un grandísimo profanador… y ha terminado en pensamiento invertido, que profana ideas y los idearios, por ejemplo, cuando el gran mentiroso pretende hacerse pasar por el luchador contra el bulo o cuando el defensor del aborto habla de “salvar vidas”.

Volvamos a la Eucaristía: el obispo argentino jubilado Héctor Aguer ha escrito un artículo contra la aprobación del rito maya en la eucaristía. Pero no hace falta acudir a la cultura de Aguer sino a cualquier fiel cristiano que acude a misa y se escandaliza por la falta de cariño con la que algunos curas y fieles tratan al Santísimo, se ve a las claras que no se creen que en la hostia consagrada esté el mismo Dios, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad. Que no, que no se lo pueden creer. De otra forma, actuarían con mucho más respeto.

La desacralización de la Eucaristía es signo evidente de final de ciclo… y el problema más grave que afronta la Cristiandad. Son tiempos de profanación, sobre todo de la Eucaristía.

Y ojo, porque el mal está dentro. La causa del problema no es que Sánchez el profanador, eso sólo es la consecuencia, El problema está en que los católicos comulgamos como si el Cuerpo de Cristo fuera una galleta fontaneda. Que no hay peor profanación que la del creyente que comulga en pecado mortal.

Momento de la consagración el 27 de noviembre de 2024, en la Basílica del Valle de los Caídos