"Mi hijo fue encarcelado por llevar un tatuaje". Nueva campaña de RTVE, patrona de todos los progresismos, incluso de los más homicidas. En esta ocasión contra el presidente del Salvador, Nayib Bukele. Un monstruo que tortura a los presos en la carcel, donde no se les permite salir ni recibir visitas. 

Es ese monstruo el que ha conseguido que el Salvador deje de ser uno de los países más violentos del mundo y al que el propio Trump acude ahora para que acoja a los delincuentes deportados, por ejemplo venezolanos, que Nicolás Maduro ha "exportado" a Estados Unidos.

Pues bien, ese torturador, miren por dónde, obtuvo en las elecciones de 2024, tras haber cometido todas esas 'tropelías' tan criticadas por el Sanchismo, el 83% de los votos de los salvadoreños. Gente ignorante, empeñada en vivir en paz.

Pero RTVE está en plena campaña. Así que Bukele es un tirano mientras el pobrecito Nicolás Maduro, presdiente por fraude de Venezuela, reclama a los pobres venezolanos deportados a El Salvador... a los que no acepta cuando se los envía directamente Estados Unidos.

En la segunda campaña de embustes de RTVE y de toda la progresía mediática occidental. La segunda vino con otro personaje para no recordar, Ahmed Huseín Al-Charaa, más conocido por su nombre de guerra, Abu Mohamed Al-Golani. Es el ahora nuevo hombre fuerte de Siria, saludado por la progresía occidental como el liberador. 

Pues bien, los católicos sirios ya ha empezado a seguir las matanzas de los chicos de Golani. Pero claro, 'sostenella y no enmendalla': como Occidente, empezando por el Washington de Obama y Biden, también Israel, sentían obsesión contra Al-Asad, resulta que los liberadores islámicos eran buena gente.

Ya han retrasado la implantación de la democracia cuatro años más -o sea, nunca- y en el entretanto se dedican a asesinar católicos y a musulmanes moderados, que alguno hay.

Pero RTVE se resiste a criticarles: insiste en que el malo era Bashar Al-Asad, quien, sin ser un santo, se lo aseguro, permitía la libertad religiosa de los cristianos, mismamente. 

Créanme, en El Salvador estaban mejor con Bukele y en Siria estaban mejor con Asad. Los termómetros para analizar un régimen son son la libertad religiosa y el respeto al débil y al diferente.