Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Turquía, donde el grupo ‘Iniciativa para la Libertad de Creencias’ ha documentado decenas de ataques a los cristianos durante el año 2023.

Según este informe, elaborado mediante recopilación de informaciones de los medios periodísticos y de las comunidades religiosas, durante el año pasado se registraron 22 ataques a cristianos, 14 a judíos, siete a alevíes, cuatro a musulmanes, dos a yazidíes y uno a los ateos en el país que dirige el islamista Recep Tayyip Erdogan.

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Estos datos del año 2023 confirman los recopilados desde 2020, y según los cuales, los cristianos han sufrido 52 incidentes, los alevíes 42 incidentes y los judíos 23.

Entre esos incidentes figuran los ataques a cementerios, lugares de culto, hogares o escuelas de comunidades religiosas o confesionales. Todos ellos entran en la categoría de hechos violentos vinculados a "delitos de odio”.

Cristianos perseguidos en la India (Foto cedida por ACN)

(Cristianos perseguido en la India, foto de ACN)

Nuestro siguiente destino es la India, donde una iglesia cristiana fue asaltada y su pastor agredido por extremistas hindúes, de ideología nacionalista radical (conocida como hindutva), informa Puertas Abiertas.

El pastor, de nombre Laxman, regentaba una iglesia frecuentada por ciento de fieles.  “Los extremistas me acusaron de engañar a las personas para que se convirtieran usando dinero. Escuché que si continuaba con mi ministerio, sería enterrado vivo”, dijo Laxman. Además, la iglesia fue atacada.  

“Estaba dirigiendo un culto de oración y la policía llegó. Me agredieron, me tomaron del cuello y me golpearon con bastones. Pensé que los habitantes del pueblo me salvarían, pero nadie apareció. La policía me metió en prisión, me torturó y se burló de mí. Le pedí al Señor: ‘¿Qué haré ahora?’”, recuerda el pastor. Al cabo de seis días, fue liberado. Y ahora se encuentra vigilado por las autoridades.

En Egipto hay musulmanes que persiguen a los cristianos

(Cristianos perseguidos en Yemen)

Otra historia de un cristiano perseguido tuvo lugar en Yemen. Su nombre es Abdulbaqi Saeed Abdo y tiene 54 años. Tras convertirse del islam al cristianismo sufrió amenazas de muerte, por lo que tuvo que huir a Egipto, cuenta Puertas Abiertas.

Pero en Egipto también sufrió persecución. En concreto, fue condenado a cárcel por las autoridades por frecuentar grupos sobre teología cristiana en Facebook. En protesta por esa decisión, y mientras esperaba juicio, Abdulbaqi Saeed Abdo decidió iniciar una huelga de hambre.

“La razón de mi huelga de hambre es que me arrestaron sin ninguna justificación legal. Me condenaron sin haber violado la ley y no me han liberado después de cumplir mi condena, que terminó hace ocho meses”, escribió.

Lo cierto es que la Lista Mundial de la Persecución 2024 de Puertas Abiertas asegura que, en Egipto, “los cristianos de origen musulmán enfrentan grandes dificultades para vivir su fe. Además de la enorme presión de la familia, los agentes de seguridad organizan activamente arrestos e intimidan a los cristianos de origen musulmán para que mantengan su conversión al cristianismo en secreto”.

En Irak, los cristianos se están viendo obligados a salir de nuevo del país. Esta vez no tanto por culpa de la persecución religiosa -como ocurrió en 2014 por culpa del grupo terrorista y yihadista Estado Islámico-, sino por una serie de factores económicos que les están afectando. Por ejemplo, sueldos escasos, problemas en el suministro de energía o de agua o para reunirse con familiares que están en el extranjero.

En una entrevista con ACI Mena, la experta Basma Azuz explicó: “La emigración refleja un profundo conflicto entre la identidad y la patria frente a la búsqueda de seguridad y derechos. No siempre es un fenómeno negativo o un escape, puede ser la única manera de asegurar un futuro mejor. Este fenómeno es un derecho humano consagrado”.

Aunque Azuz atribuyó la continua emigración de Irak a complejos factores sociales, económicos, de seguridad y políticos, también señaló com uno de ellos “el miedo a la persecución contra la Iglesia”.

Esta oleada de emigración cristiana se ha extendido por todo el país. Y estadísticas no oficiales, como la de la Fundación Shlama, destacan que Irak ha perdido casi el 90% de sus habitantes cristianos en las últimas dos décadas.