La expansión de la corrupción y el escaso celo de los órganos y contrapoderes contra sus autores en países como España, hace necesario la implantación urgente de un marco ético transparente en forma de una Unión Etica Europea (UEE) como parte esencial de la buena gobernanza. 

Las actuales injerencias indebidas en la democracia española por parte de las fuerzas políticas, muchas de ellas acosadas por cada vez mayor corrupción y amnistías por conveniencia aritmética, hacen que miremos a otras prácticas éticas europeas por obligación. 

No puede ser que ante un mismo hecho, claro conflicto de intereses, de reprobación ética y/o responsabilidad política haya tanta disparidad de actuación dentro de la UE. En unos casos se producen dimisiones inmediatas -sin mediar la justicia-  y en otras como España, aquí no dimite nadie ya imputado ni con agua hirviendo porque nunca es suficientemente inmoral los hechos objeto de disputa. 

Que actuaciones afines a la corrupción, abuso sexual, acoso laboral y casos delictivos como la malversación, prevaricación, tráfico de influencias, enriquecimiento ilegítimo, etc que sin perjuicio del recorrido penal sean reprobables politica y éticamente y que según qué países no conlleven consecuencias, no puede seguir dependiendo de si el estado miembro acostumbra a cocinar con mantequilla o aceite de oliva. Por ello hay que unificar criterios que afectan al buen hacer de la política y defensa de los intereses públicos en Europa con una Unión Ética Europea. 

La Comisión Europa ya propuso en el 2021 la creación de normas éticas comunes para todas las instituciones europeas, aunque sin mucho éxito por el momento. Según reza un escrito de Von der Leyen ese órgano ético interinstitucional  velaría por: “normas comunes  claras, transparentes y comprensibles en materia de conducta ética para todos los políticos miembros de la UE ….”  

Lo que está ocurriendo en España con la corrupción del PSOE, la familia del presidente Sánchez y más de la mitad del gobierno objeto a diario de portadas, por no hablar de los presuntos abusos sexuales consentidos desde las filas de SUMAR (a pesar de haberse erigido toda la izquierda social-comunista en la valedora de la cruzada mundial por el género), es igual de intolerable que si gobernara el PP, víctima de una moción de censura hace 7 años por la corrupción de Rajoy, pero no por ello menos grave

La Comisión Europea reconoce que los numerosos conflictos de interpretación han puesto de manifiesto “la necesidad de una cultura ética común en la UE, a través de unas normas exigentes comunes y una cooperación entre las instituciones”.

Si ya existe una unión monetaria europea con unos criterios de convergencia más que asumidos, el Euro, una carta social, una unión aduanera, el espacio Schengen, mercado único, un Defensor del Pueblo, una Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), una Fiscalía Europea, el Compliance de las empresas, códigos deontológicos, un Europarlamento que legisla de forma supranacional etc… no se entiende que vayamos con retraso con la unión ética europea para prevenir y combatir la plaga de los abusos en política y  la vulneración de la confianza de los ciudadanos. 

Lo que está ocurriendo en España con la corrupción del PSOE, la familia del presidente Sánchez y más de la mitad del gobierno objeto a diario de portadas, por no hablar de los presuntos abusos sexuales consentidos desde las filas de SUMAR (a pesar de haberse erigido toda la izquierda social-comunista en la valedora de la cruzada mundial por el género), es igual de intolerable que si gobernara el PP, víctima de una moción de censura hace 7 años por la corrupción de Rajoy, pero no por ello menos grave. 

A la espera actualmente en tiempos de Pedro Sánchez como siempre de las resoluciones penales derivadas de los convolutos, ese código ético en toda Europa de obligado cumplimiento no dudaría  en  cesar a un ministro  por plagiar una tesis doctoral en un país mientras que en otros no por el mismo acto reprobable dando pie a otras posteriores vulneraciones.

En casos donde no se deriven responsabilidades penales pero sí traspase cualquier límite moral y ético, aplicar esa UEE zanjaría la interpretación según la moralidad política de falsos progresistas o reformistas. 

Por mucho que digan en La Moncloa, la mayor corrupción en democracia en España corresponde a los años de los distintos gobiernos socialistas. El PP ha sido condenado con razón por sus trapicheos y enriquecimiento ilegales. Pero resulta que de los 46 años de democracia, casi 30 años corresponden a gobiernos del PSOE y en los que se han sucedido los más graves convolutos en cuantía económica y en número de casos de toda Europa que no siempre han pasado factura en las urnas: Los EREs de Andalucía son un botón de muestra que al final los autores condenados de la Junta de Andalucía o los golpistas catalanes  han sido indultados y amnistiados  por el actual gobierno multicolor de  Sánchez aplicando el descarado criterio subjetivo de que  “el dinero no se lo llevaron a casa”. Menuda interpretación ética.

La Unión Etica Europa acabaría de una vez por todas con esos falsos moralistas (progresistas y neoliberales) que retuercen leyes ad hoc, politizan los poderes y las instituciones para beneficiar a los poderosos sin aplicarse  un código igual de válido en todos los estados de la unión que evite justamente la impunidad e inmunidad política de los señalados. 

Con esa UEE la actual izquierda española que acusa del “Y tú más” a una derecha que no gobierna, ya no podría esconderse más de la falta de explicaciones a las cámaras del Parlamento, la opinión pública, legislar a base de decretazos encubriendo tretas normativas en el BOE, retorciendo la ley de prensa por los latrocinios investigados de familiares, gente del partido y cada vez más ex altos cargos de distintos ministerios.

Si en el Reino Unido, Alemania, Francia, Portugal, Suecia, Bélgica, Eslovenia etc los políticos son cesados cuando son pillados o simplemente recae la más mínima sospechosa ética de un acto indecente, por qué en la España tenemos que aguantar lo que aguantamos con tanta moral inmoral emulando las prácticas propias del Tercer Mundo más que del primer mundo. 

Relacionado

De nada sirve politizar instituciones públicas y órganos de contrapoder como la Oficina Española de Intereses en Conflicto porque a falta de una ética imparcial actúa como es el caso según el dictado del ejecutivo.

La Comisión Europa se ha propuesto con esta UEE una empresa compleja pero necesaria, porque velaría por cuestiones éticas relacionadas con una gran cantidad de cuestiones referidas a: obsequios, premios, condecoraciones, viajes, honores. Asimismo potenciaría la ley de transparencia (que en España es de guasa opaca) hacia bienes e intereses a declarar, actividades paralelas o externas, puertas giratorias, acoso y sanciones entre otros. 

Todo ese espacio gris en materia ética hace que España tolere abusos -como los últimos de Iñigo Errejón- con el consentimiento presunto de la cúpula del partido y los medios de comunicación conocedores sin más consecuencias. La gobernanza, tan ensalzada por el Gobierno, es pura parodia de la realidad. 

Relacionado

Una ética mínima de riguroso cumplimiento contribuiría a afianzar el estado de derecho, la democracia y la transparencia. Es de esperar que el nuevo mandato de Von der Leyen relance la UEE y ponga pronto contra las cuerdas tanta inmoralidad en la vida pública española. @ignacioSLeon