El Vaticano ha dado marcha atrás en Fiducia Supplicans, la nota del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, la primera obra de la cardenal Víctor Manuel 'Tucho' Fernández aunque los más malvados aseguran que no será la última. Aquí el texto íntegro de la aclaración: 

En cualquier caso, el prefecto del Dicasterio ha hecho pública una nota aclaratoria, sin equívocos, fiel hasta el final a la doctrina de la Iglesia que en el punto 2357 del Catecismo asegura que estos actos "no pueden recibir aprobación en ningún caso". 

La verdad es que cuando uno lee la nota aclaratoria sólo se pregunta cómo es posible que en lugar a aclarar, no se anule Fiducia en su totalidad manifiesta, pero lo cierto es que si alguien lee las aclaraciones de Fernández sabe muy bien a qué atenerse. De entrada, "dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial".

La aclaración del cardenal Fernández, recuerda la frase clave del catecismo: los actos homosexuales "no pueden recibir aprobación en ningún caso"

Y más: "La presente declaración se mantiene firme en la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, no permitiendo ningún tipo de rito litúrgico o bendición similar a un rito litúrgico que pueda causar confusión... sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio".

Espléndido, pero da la impresión de que la confusión ya está creada. Y lo más significativo y definitivo de la nota de monseñor Fernández: "Son inadmisibles ritos y oraciones que puedan crear confusión entre lo que es constitutivo del matrimonio, como 'unión exclusiva, estable e indisoluble entre un varón y una mujer, naturalmente abierta a engendrar hijos'".

Un matrimonio cristiano es la unión ente un hombre y una mujer y ojo, abierto a la vida, algo que no puede realizar una pareja de homosexuales. 

Aclarado lo anterior, lo único que no se entiende es por qué no se ha anulado Fiducia.