La noticia la contaba Hispanidad en estos términos: los socialistas y el conjunto de Orcos de Mordor que mantienen en el poder (a quién le iban a sacar más) a Pedro Sánchez se han unido para quitarle la acreditación parlamentaria al valiente periodista Vito Quiles. 

Hasta ahí, podríamos decir, infame pero lógico. Quiles es un periodista de derechas que no perdona una y la izquierda actual, tan miserable, homicida y corrupta, hace todo lo posible para laminarle. 

Ahora bien, que sus propios compañeros, los periodistas parlamentarios, apoyen al enemigo -el enemigo de un periodista siempre es el poder, por ejemplo la clase política- eso resulta tan novedoso, tan curioso, que induce a temerse lo peor. 

¿Os enfrentáis al mayor ataque a la libertad prensa de toda la etapa democrática y os revolvéis contra… un compañero?

El valiente periodista Vito Quiles ha sido insultado, amenazado, agredido, ninguneado, y preterido por la inmensa mayoría de los políticos. Pero eso es lógico, le pasa a todos los periodistas con coraje, aquellos que se niegan a jugar el papel de componente del lobby oficial al uso, de esos que se reparten las preguntas en las ruedas de prensa para que ninguna de ellas ponga en un brete al poderoso, en un ambiente que, con este consenso, oculta una profunda anemia intelectual. 

Compañeros periodistas, ¿qué os pasa? 

¿No os dais cuenta de que arremetiendo contra Quiles os estáis cargando lo más sagrado que tiene este oficio, la libertad? Y todo ello, en pleno espantajo del bulo, es decir, ante el ataque más serio que han sufrido las libertades de expresión y de prensa en toda la etapa democrática.

¿Nos hemos vuelto locos?