Un grupo de menas ha ocupado recientemente un chalet deshabitado en la localidad, conocida por las numerosas manifestaciones que se produjeron como rechazo a la llegada de inmigrantes ilegales
En su día, decíamos en Hispanidad que un vecino de Sopuerta, en Vizcaya, ofrececía un millón de euros para que no se construyera un centro de menas en el barrio. Curioso, porque los menas jamás provocan alarma social, como insiste Marlaska.
Ahora, un grupo de menas ha ocupado recientemente un chalet deshabitado en la localidad, conocida por las numerosas manifestaciones que se produjeron como rechazo a la llegada de inmigrantes ilegales. Entre los okupas se encontraba un joven que hasta hace pocas semanas estaba bajo tutela de la Diputación de Vizcaya, pero que al cumplir los 18 años perdió su protección. Tras ser descubierto durmiendo algunos días en el centro de menores de Sopuerta, con la ayuda de un amigo que le facilitaba el acceso, se vio obligado a abandonar definitivamente el lugar y decidió instalarse en la vivienda ocupada.
El chalet, ubicado en la calle Baluga, llevaba años sin ser habitado. Sus propietarios ya habían tomado medidas previamente, tapiando puertas y ventanas para evitar que alguien entrara, pero los jóvenes lograron acceder por la parte trasera del inmueble, según ha adelantado el diario EL CORREO. Durante varios días, el grupo se estableció allí, sumándose otros jóvenes de la zona y algunos ex-tutelados de otros centros forales.
Finalmente, el propietario de la vivienda finalmente logró recuperar el control de su propiedad y decidió tapiar de nuevo todas las entradas para evitar futuros problemas. Por su parte, el Ayuntamiento, de EH-Bildu, no ha hecho declaraciones al respecto.
En Hispanidad hemos insistido en el método de integración Marlaska, que es inadmisible y tiene mucha cara: dejo entrar a todos y luego les abandono en las calles. Eso sólo sirve para disparar la delincuencia... como es lógico.