En España vivimos año electoral en una España enfrentada con la experiencia histórica del socio-comunismo de Pedro Sánchez, que ha resultado un desastre de grandes proporciones, donde España se ha convertido en el país más cristófobo del mundo y en el paraíso de la ideología de género. Un país, encima enfrentado, cabreado y melancólico.

En estas circunstancias hay quien dice que el voto católico no existe. Probablemente tengan razón. A fin de cuentas, la religión y la política, cuanto más alejadas, mejor. 

Ahora bien, puede ser cierto que el voto católico no existe pero los principios cristianos son los que decidirán las elecciones, sencillamente porque lo deciden todo y esto es lógico: no voto aquello que me repugna.  

Sánchez puede ganar las elecciones, porque dice algo... generalmente barbaridades. Pero, ¿qué dice Feijóo? Dice poco

Pero es que, además, no tengo nada claro que Sánchez vaya a ser expulsado del Gobierno en la próximas generales. Primero porque es capaz de todo con tal de mantenerse en Moncloa. Eso es cierto. Ahora bien, también es cierto que Sánchez puede ganar las elecciones de noviembre, porque... dice algo, generalmente barbaridades, sí, pero esto es algo- Y la política se rige por el viejo adagio británico: "Hay que hacer algo. Esto es algo. Haz esto". Esto es algo. 

Pero, ¿qué dice Feijóo? Más bien no dice nada. Dicho de otra forma, Sánchez puede ganar por incomparecencia del adversario. 

Prueba de ello es que Sánchez no está obsesionado con Feijóo sino contra Isabel Díaz Ayuso. Hablo de algo que podríamos calificar como el fenómeno de los cristianos sin Cristo y de los agnósticos con principios cristianos. Quiero decir, no soy ningún entusiasta de Isabel Díaz Ayuso, una abortera que me puede caer más simpática que convincente pero esa no es la cuestión: la cuestión es que si en el PSOE le temen y le preparan escraches como el de días atrás, sólo es por esto: porque dice algo, porque tiene "épica", frente a un Feijóo que parece una gelatina y a un Abascal bastante hierático.

Isabel Díaz Ayuso o el fenómeno de los cristianos sin Cristo y de los agnósticos con principios cristianos

En cualquier caso, lo que está claro es que el voto católico sí que existe, no porque podamos equiparar el número de católicos con el voto a la derecha, dado que buena parte de la derecha española no es cristiana, por ejemplo, el PP. Pero ojo, lo que sigue vigente son lo principios cristianos, porque la historia de España siempre añora a Cristo hasta cuando blasfema de Él.  

Es urgente echar a Sánchez de La Moncloa, no porque su gestión haya sido penosa, que lo ha sido, sino por ser el mayor cristófobo del siglo XXI. A lo mejor sin darse cuenta de hasta dónde llega su cristianofobia. A fin de cuentas, no deja de ser un títere del Nuevo Orden Mundial (NOM) anticristiano. Vamos a re-bautizarle: NOMA.  

El voto católico no existe pero los principios cristianos -o los principios cristianófobos- siguen decidiendo las elecciones en España.